Cuando acabamos sufriendo en una relación o tras una decepción al conocer a alguien, nos sentimos heridos, traicionados o desilusionados. Y es un proceso muy doloroso, pero la buena noticia sobre el sufrimiento es que nos permite conectar con una parte de nosotros que no conocemos o no queremos conocer. Es por eso que hay que abrazar el sufrimiento conscientemente, para evitar volvernos víctimas del mismo. Para intentar no repetirnos: “¿por qué me pasa esto a mí? ¿por qué siempre me hacen daño”.

Es esencial que aprendamos de ese dolor y dejemos que nos acerque a quien realmente somos. De esta forma, podremos amar también nuestras sombras y aceptarnos de verdad.

Si conseguimos ver la oportunidad en el sufrimiento, después, cuando sintamos que otras personas nos hacen daño o nos decepcionan, ya no reaccionaremos de la misma forma, porque habremos logrado sanar traumas que arrastramos. Y todas las personas los tenemos. Y, obviamente, influyen negativamente en nuestras relaciones.

 Así que cuando estés sufriendo, reflexiona y piensa: ¿Ese dolor viene del miedo? ¿o del amor? ¿Cuál es tu propósito tras una decepción? ¿Quieres no volver a sufrir? ¿o quieres amar más y mejor? Mira la energía que alimenta tu intención y ten cuidado de cómo la expresas.

 Date cuenta de cualquier energía inconsciente que pueda teñir tus propósitos. Pregúntate cuál es el sentimiento que hay detrás de tus necesidades y deseos a la hora de conocer a alguien. ¿Es por carencia de amor? ¿Oculta algo negativo?

La cuestión es que, con frecuencia, no entendemos el verdadero propósito de sufrir. Tal y como yo lo veo, hay dos tipos de sufrimiento:

- INCONSCIENTE: Cuando seguimos repitiendo los mismos patrones dañinos y, de alguna forma, nos sentimos atrapados, bloqueados y desconectados. Parece como si no pudiéramos liberarnos de ellos. Y, por eso, intentamos huir de ese sufrimiento.

- CONSCIENTE: Cuando aceptamos lo que está sucediendo y conectamos con esa parte de nosotros que aún no amamos. Y así, en lugar de ver obstáculos, vemos oportunidades. Y así nos aceptamos y nos amamos más.

 

Así que reflexiona: ¿Cuál es la parte de tu inconsciente que aparece para ser amada y aceptada?