Cuando acabamos sufriendo en una relación o tras una decepción al conocer a alguien, nos sentimos heridos, traicionados o desilusionados. Y es un proceso muy doloroso, pero la buena noticia sobre el sufrimiento es que nos permite conectar con una parte de nosotros que no conocemos o no queremos conocer. Es por eso que hay que abrazar el sufrimiento conscientemente, para evitar volvernos víctimas del mismo. Para intentar no repetirnos: “¿por qué me pasa esto a mí? ¿por qué siempre...


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